lunes, 31 de diciembre de 2012

El Diamante Mandarin


                                                                Fotografía de mi autoría.

El diamante mandarín o pinzón cebra (Taeniopygia guttata) es un ave paseriforme originaria de Australia, característico por su plumaje de suave color crema y pico y patas de fuerte color rojizo.
Hay dos subespecies de diamante mandarín: Taeniopygia guttata guttata, de tamaño más pequeño, que habita desde Indonesia hasta las costas australianas; y Taeniopygia gutatta castanotis, que se encuentra en Australia continental y es de tamaño más grande.
El diamante mandarín se ha introducido también en los Estados Unidos y Portugal.
En su hábitat natural, estas aves se reproducen después de las lluvias, lo que puede ocurrir en cualquier época del año. En cautividad pueden reproducirse durante todo el año. Son gregarios y muy adaptables.

En el ámbito silvestre, el tipo principal del diamante mandarín, Poephila guttata guttata, es posible encontrarlo en las islas Menores de la Sonda, tales como las de Sumba, Flores, Timor y otras de más reducida dimensión. La subespecie australiana, P. g. castanotis, se halla presente en buena parte del continente, especialmente en la región seca del interior. No se encuentra en las húmedas selvas lluviosas de las zonas costeras.
El diamante mandarín es un pájaro muy sociable y es posible verlo formando bandadas compuestas por parejas cuyo número oscila entre las 25 y 100.
La disponibilidad de agua en superficie constituye un factor crucial en la estructura de su forma de vida ya que, aunque se cree que pueden subsistir durante un tiempo muy prolongado sin ella, se mantienen lo más cerca posible de los puntos en que se encuentra. El diamante mandarín se ha adaptado muy bien a las tierras áridas y que como consecuencia de ello es capaz de beber agua con un contenido mucho más elevado de sal que la mayoría de las demás especies. Asimismo también cuenta con la capacidad de retener el agua cuando la mayoría de los pájaros la eliminan a través de la orina, lo cual hace posible que esta especie pueda resistir durante largos periodos de tiempo sin beber.
El diamante mandarín, junto con otras especies exóticas que consiguen sobrevivir en condiciones propias del desierto, bebe sumergiendo el pico en el agua y succionándola, de un modo parecido al que es habitual en las palomas. Esto les permite beber con mayor rapidez (y abandonar con presteza la charca donde corren el peligro de sufrir un ataque por parte de algún depredador) e igualmente aprovechar, actuando del mismo modo, las pequeñas gotas depositadas en la vegetación, en los recovecos de las rocas y en otros puntos que no serían tan fáciles de alcanzar si se hiciera uso de métodos convencionales propios de otros pájaros. El diamante mandarín bebe hacia la mitad del día mientras que otras especies lo hacen al amanecer o durante las primeras horas de la mañana.

Canto

El pollo es un ave muy bulliciosa. Su canto es un fuerte "beep", muy parecido a cuando se hace sonar un patito de goma, que sonando repetidamente conforma una canción con cierto grado de complejidad. Cada ave tiene un canto distinto, aunque diamantes de la misma línea sanguínea exhibirán cantos parecidos.
Las hembras, como regla general, no cantan.
El diamante mandarín macho comenzará a cantar en la pubertad. Su canto partirá como algunos sonidos sueltos, pero a medida que crecen se va perfeccionando. Durante ese proceso irá aprendiendo sonidos de su entorno, muchas veces usando el canto de su padre o de otros machos como inspiración.

Cría en libertad:

El diamante mandarín es probablemente uno de los pájaros cuyo proceso de cría figura entre los más rápidos del mundo, esto es consecuencia de su adaptación a las duras condiciones climáticas en las que vive. En las regiones áridas del interior de Australia la lluvia no tiene carácter estacional, como sucede en el caso en las zonas costeras, y resulta totalmente impredecible cuándo aparecerá. Como resultado de esta situación, el diamante mandarín se ve condicionado por la meteorología en cuanto a su ciclo de cría, y debido a tal circunstancia comienza a construir su nido tan pronto como empieza a llover. Este ciclo se halla tan ligado a las precipitaciones que la especie puede llegar a tener dos o tres puestas en un año o por el contrario no realizar ninguna si la lluvia no hace acto de presencia. El vínculo que une a la pareja es fuerte, y se cree que se establece para toda la vida hasta que uno de los dos muere, en cuyo caso el que sobrevive buscará un nuevo compañero.
En las áreas de Australia en que las condiciones climatológicas son menos rigurosas, la cría adopta un carácter más regular y tiene lugar generalmente a lo largo de todo el año con la sola excepción de los meses más fríos del invierno que en este caso son junio y julio. En las zonas en que se utiliza la irrigación por aspersión la especie cría durante todo el año salvo en el mes de julio.
El cortejo se inicia con un restregamiento intensivo de picos seguido de una aproximación del macho a la hembra mediante pequeños saltitos, durante los cuales despliega las plumas de la cola y canta continuamente. Si la hembra se muestra receptiva mueve la cola de un modo parecido a un estremecimiento y acto seguido tiene lugar el apareamiento.
Construcción del nido
Las lluvias darán lugar a que hagan su aparición las plantas gramíneas con las que se alimenta el diamante mandarín, y también muchos insectos, por cuyo motivo no pierde tiempo y procede a construir su nido. El macho sugiere, por regla general, algunos puntos idóneos a la hembra tal fin y ésta, tras cierta deliberación, acepta uno de ellos. Se ha podido observar que en aquellos lugares en que la disponibilidad de agua es más segura a lo largo de todo el año, es la hembra en solitario la que construye el nido mientras que el macho lleva a cabo la labor de transportar los materiales.
Sin embargo, tratándose de la parte interna, ambos contribuyen a su acabado, lo cual indudablemente se debe a la necesidad de imprimir cierta celeridad al ciclo de cría. Los puntos elegidos para instalar el nido varían considerablemente y lo mismo ocurre con la calidad del mismo. Ante todo, el mayor grado de preferencia se inclina por los arbustos espesos pero conviene señalar que el diamante mandarín lo instalará en cualquier lugar que estime apropiado, incluido el suelo entre la hierba. También puede ocurrir que se decida por antiguos nidos de otros pájaros, huecos existentes en los árboles, termiteros, postes e inclusos grandes nidos constituidos por ramaje y previamente ocupados por aves de presa. ¡Evidentemente se trata de una especie muy adaptable! La parte externa del nido se halla formada por ramitas o raíces que derivan hacia otras de tipo más suave y de menor dimensión a medida que se van acercando al punto en que tendrá lugar la cría de los polluelos, el cual se halla recubierto de plumas, briznas de hierba, pelos de conejo y cualquier otro material que la pareja haya podido conseguir. El nido puede estar rematado por una cúpula pero también puede que carezca de cubierta y ciertamente podemos decir que no responde a la bella estructura que caracteriza el de las especies de auténticos tejedores.
Huevos
El número de huevos de una puesta será de 3 a 7 por término medio. Son de color blanco puro y su tamaño es asimismo variable, incluso dentro de una misma puesta, pero alrededor de 15mm es la medida que cabe considerar como promedio. Los huevos son blancos y pequeños y deben a estar a una temperatura adecuada.
Incubación
Los huevos son incubados por ambos pájaros, que cubren de forma sucesiva y alternada turnos de aproximadamente una hora y media. Cada uno de ellos abandona el nido al oír el canto de llamada de su pareja cuando ésta se aproxima y de este modo el relevo no tiene lugar en el interior. Durante la noche, en cambio, ambos pájaros permanecen dentro. La incubación generalmente se inicia una vez que ha sido puesto el cuarto huevo debe señalarse que la puesta se realiza a razón de un huevo cada día) y dura entre 12 y 15 días, lo cual depende de la temperatura reinante.
Emancipación
Los jóvenes polluelos crecen con mucha rapidez y, según sea el grado de atención prestado por los padres por lo que a alimentación respecta, generalmente se hallan en condiciones de abandonar el nido al alcanzar las tres semanas de edad. Regresan sin embargo de forma continuada para pasar la noche junto a sus padres los cuales siguen dándoles de comer, con carácter reducido, hasta que tienen diez días más, en cuyo momento ya son plenamente independientes.
En dicho instante pueden abandonar el nido para buscar su propio lugar en el que poder pasar la noche o también cabe que utilicen el nido de sus padres si la hembra decide que querría uno nuevo para su próxima puesta.

lunes, 3 de diciembre de 2012

El Rey del Bosque





El Rey del Bosque es un ave que vive en América del Sur, su nombre científico es Pheucticus aureoventris, pertenece a la familia de los tríngilidos. El nombre en guaraní es guirá-yurú, que quiere decir ave de pico de loro.
Como su nombre lo dice es el rey donde va, se destaca por su belleza, por su canto, de entre las demás aves. Su hábitat son los bosques y las laderas que rodean la parte baja de las montañas, hasta los 2000 m de altura.
Es un ave que puede vivir en cautiverio, es de tamaño mediano mide unos 20 cm, tanto el macho como la hembra, el plumaje de los dos es muy parecido, el de la hembra es más claro. El rey del Bosque tiene el pecho y el vientre amarillo, la parte superior negra, las patas grises, el pico negro y los ojos son pardo oscuros.
No es rápido para volar, pero entre las ramas se maneja con habilidad. El Rey del Bosque anda en bandadas, y de noche duerme en la copa de los árboles donde construye su nido en una horqueta, con ramas, recubriéndolo por dentro con plumas y ramas suaves, de día deja oír su canto lleno de armoniosas notas, suave, melodioso y de variados tonos, es muy agradable escucharlo, ésta es una de las razones porque es perseguido y llevado como mascota.
Su alimento son semillas, granos, brotes tiernos, larvas, pero en el verano come muchas frutas y flores, es cuando los granjeros se enojan mucho porque causa mucho daño en las plantaciones de frutales y los matan de diferente manera. Así como es dañino en el verano, en la época que cría a los pichones destruye gran cantidad de larvas e insectos, ya que con ellos es que cría a sus pichones. Hace dos posturas por año, de tres huevos cada una.

El Rey del Bosque Gris





Su nombre científico: Saltator Coerulescens.
Se lo conoce comúnmente con el nombre de Rey del Bosque Gris.
Distribución muy extendida desde México hasta norte de Argentina y Uruguay. En nuestro país se registra en forma rara en el litoral del río Uruguay. Bosques ribereños. Se lo observa en parejas, pero también en pequeños grupos.
Esta ave mide unos 20 cm de largo. Dorso gris a gris verdoso. Franja blanca sobre el ojo. Garganta blanca. Pecho gris y vientre canela.
Alimentación; Omnívoro. Frutos e invertebrados.
Es habitual encontrarlos en la extensa costa del Uruguay y la costa del Paraná.
Áreas Protegidas:
Esteros de Farrapos e islas del río Uruguay.
Actividad: Diurno
Estado de conservación: Preocupación menor.
Ambiente: Humedales, ríos, lagunas, etc.
Pone dos huevos de color celeste.
Nidifica en los árboles.

El Federal




El federal pertenece a la familia de los Icteridae y su nombre científico es el de Amblyramphus Holosericeus. Siendo adulto tiene un plumaje negro; su cabeza, cuello y pecho son rojos con reflejos amarillos. Cuando son jóvenes, al principio de sus días, son negros, después, a medida que crecen, tienen la garganta de color ocráceo manchada de negro. Son fácilmente reconocibles. Frecuentan juncales, totorales subtropicales, campos cultivados, parques y habitan desde las provincias de Formosa y Corrientes hasta el norte de la Provincia de Buenos Aires pasando por las del litoral y el Delta del Paraná. Son aves comparativamente grandes con pico cónico puntiagudo, ancho y alto en la base. Se alimentan de frutas, granos, insectos y otros animales accesibles a él. Construyen sus nidos sobre los árboles y/o arbustos, poniendo hasta cuatro huevos. Unas especies son parasitarias y suelen poner sus huevos en nidos ajenos quitándoselos a otras aves. Veintisiete especies y subespecies existen en nuestro país. Durante el invierno, emigran a zonas cálidas huyendo del frío. Ahuecan el ala y parten a lugares lejanos en busca de calor. Sus migraciones, suelen dejar despobladas zonas que habitualmente frecuentan y a las que habrán de regresar no bien retornen las estaciones cálidas.
Los federales se ven en casales en los humedales del sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y el nordeste de Argentina.
Actualmente se encuentran en alto riesgo debido a la caza comercial para venderlos como "aves de jaula" y a la perdida de los ambientes donde habita.